¿Es bueno el cannabis para la conmoción cerebral?

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¿Es bueno el cannabis para la conmoción cerebral?

Muchas viejas glorias del deporte toman cannabis para tratar sus lesiones cerebrales. ¿Están aliviando los síntomas o puede el cannabis curar el tejido cerebral dañado? En este artículo nos adentramos en la investigación del cannabis y la conmoción cerebral para ayudarte a descubrir si fumar después de una lesión es lo más adecuado.

Las conmociones cerebrales pueden ser traumáticas. Muchas personas dicen que no se sienten como ellas mismas, y tienen dificultades para realizar tareas a las que estaban habituadas. Esta falta de control puede necesitar de algún tipo de tratamiento, aunque para muchos, el único remedio es el paso del tiempo.

Durante los 80 y los 90, expertos y políticos afirmaban que el cannabis daña el cerebro y mata las neuronas. Pero, ¿podría funcionar a la inversa? Después de una lesión traumática, ¿podría el cannabis ofrecer el estímulo que necesita el cerebro?

Antes de adentrarnos en esta cuestión, vamos a ver en más detalle qué es una conmoción cerebral.

¿QUÉ ES UNA CONMOCIÓN CEREBRAL?

Una conmoción cerebral es una lesión cerebral traumática (LCT) leve. Puede ocurrir a raíz de un golpe en la cabeza, o de un golpe en el cuerpo que se transmite a la cabeza. Las causas más comunes de conmoción cerebral son las lesiones deportivas, los accidentes de coche y las caídas y accidentes de moto.

El cerebro está flotando en una capa protectora de fluido cerebroespinal que absorbe la luz y mitiga los impactos que recibe la cabeza. Las conmociones ocurren cuando la cabeza es sometida a una fuerza mayor de la que esta capa puede amortiguar. Esto puede suceder por la fuerza de un impacto, como en un golpe directo, o por una fuerza impulsiva, cuando la cabeza está moviéndose y de repente se para. La fuerza rotacional suele ser un indicador más importante de la gravedad de la conmoción que la fuerza lineal.

Las conmociones cerebrales afectan más gravemente al diencéfalo y al mesencéfalo, incluyendo el sistema de activación reticular, lo que causa la pérdida de conocimiento a menudo asociada con las conmociones. También se pueden ver afectados el lóbulo frontal, el lóbulo temporal, el cuerpo calloso, el tronco del encéfalo y el sistema límbico. Los científicos creen que cuando se produce una conmoción, la zona del cerebro afectada experimenta un aumento de la necesidad de glucosa, y el flujo sanguíneo es insuficiente para satisfacer esta necesidad.

Los síntomas de una conmoción suelen ser dolor de cabeza, pensamiento confuso, náuseas, ansiedad, sensibilidad a la luz, visión borrosa, irritabilidad y trastornos del sueño. Estos síntomas generalmente desaparecen al cabo de 4 semanas, aunque las conmociones cerebrales pueden tener unos efectos más duraderos pero más sutiles. Cuando los efectos de una conmoción persisten durante más de cuatro semanas, como ocurre en un 10-20% de los casos, se dice que el paciente sufre el síndrome de postconmoción cerebral.

Un tratamiento muy común para la conmoción es un período de descanso, con muchas horas de sueño y pocos esfuerzos cognitivos. Sufrir una segunda conmoción mientras se está recuperando de la primera, empeorará el pronóstico, una situación que, por desgracia, es muy habitual.

Una conmoción cerebral es una lesión cerebral traumática

LOS ENDOCANNABINOIDES Y LA CONMOCIÓN CEREBRAL: ¿SON COMPATIBLES?

Durante los últimos 20 años, la ciencia ha seguido un rastro de pistas que indican la existencia de un posible vínculo entre los endocannabinoides y el proceso de curación natural del cerebro.

Un estudio de 2001 observó un aumento en el nivel de un precursor de la anandamida (un endocannabinoide) tras una lesión cerebral. Otro estudio, este de 2011, descubrió que el nivel de 2-AG, un endocannabinoide natural muy abundante, aumentó en ratas tras sufrir una LCT. Los investigadores también comprobaron que tras la administración de 2-AG después de la LCT, la inflamación y el edema disminuyeron, acelerando el proceso de recuperación. El estudio destacó la relación entre los receptores CB1 y CB2 y la recuperación de la LCT.

Otro estudio de 2017 sugiere que el "tono endocannabinoide" podría ser crucial para la recuperación de los accidentes cerebrovasculares, ya que el sistema endocannabinoide CB2 fomenta la migración de neuroblastos al sitio del daño, preparando al cerebro para un nuevo desarrollo neuronal. La investigación de los derrames cerebrales se puede extrapolar a la recuperación de las LCT, ya que en ambos casos se activan unos mecanismos curativos similares.

Estos estudios podrían indicar que los endocannabinoides son beneficiosos para la recuperación de las conmociones cerebrales. Pero, ¿confirma la ciencia este hecho?

El sistema Endocannabinoide

CANNABIS Y EL CEREBRO

No hay suficientes investigaciones de los efectos del cannabis sobre las lesiones cerebrales como para afirmar de forma concluyente que puede ayudar. Sin embargo, se han llevado a cabo numerosos estudios sobre el cannabis y el cerebro, y esta investigación quizás nos acerque más al tema que nos ocupa.

Un estudio analizó a unos pacientes ingresados por LCT y observó que quienes dieron positivo en una prueba de THC, mostraban un índice de supervivencia mucho más alto que los que dieron negativo (un 2,4% de mortalidad frente a un 11,5%). Los investigadores señalaron que el efecto neuroprotector del cannabis podría haber influido. Hay que decir que este estudio se centraba en LCT más graves que una conmoción, y que era observacional, no experimental, por lo que los resultados deben aplicarse con cautela.

Un artículo de 2002 indica que los cannabinoides vegetales podrían estar relacionados con una mejora de los resultados tras una lesión cerebral. Estos cannabinoides ayudan a reducir la excitotoxicidad por glutamato, muy común a raíz de una conmoción, y podrían potenciar la actividad antioxidante.

Las pruebas de la relación entre el cannabis y la conmoción cerebral continúan aumentando. Un estudio de 2014 observó que unos ratones a los que se les había administrado una microdosis de THC, experimentaron una reducción del daño cognitivo inducido por la inflamación, especialmente en el lóbulo frontal y el hipocampo. Los investigadores expusieron la hipótesis de que las dosis subperceptuales de THC podrían ser un complemento eficaz para el tratamiento convencional de enfermedades neuroinflamatorias, como las conmociones cerebrales.

El THC no está solo en este sentido. El CBD también ha demostrado tener efectos neuroprotectores. Además, el CBD es muy popular entre deportistas, tanto en activo como retirados, que sufren lesiones cerebrales.

Por un extraño capricho del destino, el gobierno de EE.UU. tiene la patente del uso de cannabinoides para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la oxidación, entre las que se incluye la conmoción cerebral. Algunos afirman que el gobierno estadounidense ha estado intentado desarrollar cannabinoides sintéticos que se unan a los receptores beneficiosos necesarios, pero con muy poco éxito. Parece ser que el "efecto séquito" de la ingesta de varios cannabinoides, entre ellos el THC y el CBD, es sumamente importante. Los cannabinoides sintéticos que se unen exclusivamente a los receptores CB1, por ejemplo, podrían ser contraproducentes para el proceso de curación.

Efectos del cannabis sobre el cerebro

CONCLUSIÓN

Existen numerosas pruebas de que el cannabis podría mejorar las lesiones cerebrales traumáticas. La prueba más firme señala que el consumo de THC en microdosis (3 o 4 veces más pequeñas que una dosis normal) podría ser beneficioso. No existen pruebas directas que demuestren los beneficios, o ausencia de daños, del consumo de cantidades normales de cannabis tras una lesión cerebral.

Aparte de los efectos directos sobre el cerebro, quienes se estén recuperando de una conmoción cerebral podrían comprobar que el cannabis contribuye al manejo de los síntomas, reduciendo las náuseas, el mal humor y la ansiedad.

La decisión de cómo enfocar el consumo de cannabis a raíz de una conmoción es algo muy personal. Lamentablemente, la investigación sobre este tema no está dónde podría o debería estar. Como siempre, lo mejor es llevar a cabo tu propio estudio y llegar a una conclusión informada que sea adecuada para ti.