Causas de las hojas de cannabis secas y cómo prevenirlas

Cuando las hojas de tus plantas de marihuana se secan y se vuelven quebradizas, hay una razón para ello. En muchos casos, es un síntoma de un problema más grave. Si ves que tus hojas se secan, deberás actuar con rapidez para evitar daños adicionales a la planta. Descubre las posibles causas de las hojas secas y cómo evitarlas.

CAUSAS MÁS COMUNES DE LAS HOJAS DE CANNABIS SECAS Y FRÁGILES

1. FOLLAJE VIEJO

Una de las pocas excepciones por las que no debes preocuparte demasiado de la sequedad de las hojas, es si tu planta es vieja. Durante las etapas finales de la floración, cuando se aproxima el momento de la cosecha, es normal que algunas de las hojas más grandes se vuelvan amarillas, se marchiten o se sequen.

La aparición de hojas secas y arrugadas en la parte inferior de una planta en período de floración, y con una zona superior sana, es bastante habitual. Cuanto más vieja sea una planta, más hojas secas tendrá, empezando por abajo y ascendiendo hasta la parte superior. Una vez más, no hay por qué preocuparse.

A veces, este marchitamiento también ocurre en plantas muy jóvenes que acaban de desarrollar su primer conjunto de hojas verdaderas. En este caso, también es algo normal y no hay necesidad de preocuparse.

¿QUÉ HACER AL RESPECTO?

Si tu planta de cannabis se encuentra en las etapas finales de la floración y tiene manchas amarillas u hojas secas en su parte inferior, una minuciosa defoliación podría ayudarla a concentrar toda su energía en la maduración de los cogollos.

2. EXCESO DE RIEGO

El exceso de riego es una de las principales causas de muchos de los problemas relacionados con el cannabis. Es el motivo de la mayoría de deficiencias de nutrientes, y puede causar problemas de moho y hongos. El exceso de riego también puede hacer que las hojas se sequen y se vuelvan amarillas y quebradizas.

Aunque las plantas necesitan agua para crecer, regarlas demasiado tampoco es bueno. La planta de cannabis solo puede absorber una cantidad limitada de agua cada vez, hasta que las células alcanzan su capacidad máxima. Si el medio de cultivo está saturado de agua, las células comenzarán a fracturarse. Cuando esto ocurre, las hojas se secan, se vuelven quebradizas y adquieren un tono amarillento o marrón.

¿QUÉ HACER AL RESPECTO?

Si sospechas que las hojas secas de tus plantas se deben a un exceso de agua, riégalas con menos frecuencia. Siempre es preferible dejar que la parte superior del sustrato se seque casi por completo entre riegos. Una buena forma de comprobar el nivel de saturación de agua de la maceta, es levantarla y comprobar su peso. Si es muy ligero y la capa superior del suelo está completamente seca, sabrás que es hora de regar.

3. INFESTACIONES DE INSECTOS

Las plagas de insectos pueden causar un estrés considerable a tus plantas, que es otra de las causas de las hojas secas. Algunas de ellas, como los ácaros, pueden dañar a la planta incluso antes de que notes su presencia, porque son tan pequeños que son invisibles a simple vista. Únicamente si observas tus plantas con la ayuda de una lupa o un microscopio, podrás ver estas criaturas diminutas, que puede que ya hayan empezado a alimentarse de las hojas, haciendo que se arruguen y se vuelvan amarillas.

La mosca del mantillo es otra plaga muy común y bastante peligrosa, sobre todo para plantones y plantas jóvenes. Estos pequeños insectos son de color negro y parecen moscas o pulgas diminutas. Se pueden observar en la superficie del suelo, que es donde depositan sus huevos. La mosca del mantillo suele ser un síntoma del exceso de riego, ya que a estas criaturas les encantan los ambientes húmedos.

¿QUÉ HACER AL RESPECTO?

Para combatir infestaciones del cannabis, como los ácaros o los pulgones, utiliza métodos naturales. Los jabones insecticidas y el aceite de nim son dos soluciones seguras y eficaces para diversos tipos de plagas. Ambas son lo bastante suaves como para no dañar a las plantas, y no contienen sustancias químicas sintéticas.

Si tienes un problema de moscas del mantillo, puedes atraparlas con trampas adhesivas amarillas. Regar las plantas con menos frecuencia, también te ayudará a deshacerte de esta plaga de forma natural.

4. MOHO Y HONGOS

Otra de las razones por las que las hojas de tus plantas pueden secarse es la formación de moho y hongos. Además de por un exceso de riego, el moho también aparece en ambientes con mucha humedad y falta de ventilación.

¿QUÉ HACER AL RESPECTO?

Controla la humedad relativa del cuarto de cultivo. A veces, un simple ventilador que dirija una corriente de aire suave sobre tus plantas, es lo único que se necesita para evitar la formación de moho y hongos. Si el ventilador no es suficiente para controlar la humedad del ambiente, también puedes utilizar un deshumidificador.

5. QUEMADURAS POR LUZ

Si la luz del cuarto de cultivo está demasiado cerca de tus plantas, podría quemarlas y hacer que sus hojas se descoloren, se sequen y arruguen. Una quemadura por luz es relativamente fácil de diagnosticar, ya que solo afecta al follaje superior cercano a la fuente de luz.
Aunque es menos frecuente, este tipo de quemaduras también pueden ocurrir en el exterior. Al cannabis le encanta la luz, pero un exceso de luz solar directa, en combinación con el estrés térmico, puede causar sequedad y la muerte de las hojas.

¿QUÉ HACER AL RESPECTO?

Si cultivas en el interior, separa más las luces de tus plantas. En el exterior, asegúrate de que reciban más sombra, o una luz solar difusa, para que estén protegidas de unas condiciones ambientales extremas.

6. ESTRÉS TÉRMICO

La mayoría de las luces de cultivo no emiten solo luz, también proporcionan una gran cantidad de calor. Sabrás que el calor de tus luces está causando problemas cuando las hojas más cercanas a ellas resulten afectadas. Una vez más, esto también puede ocurrir en el exterior en condiciones ambientales extremas o de calor constante.

¿QUÉ HACER AL RESPECTO?

Además de alejar la fuente de luz del dosel de tus plantas, comprueba la temperatura del cuarto de cultivo. Todo lo que sobrepase los 30°C está lejos de ser óptimo. Aquí también se puede utilizar un ventilador para mantener el aire en movimiento y eliminar los puntos calientes del espacio de cultivo. Si cultivas al aire libre, toma las mismas precauciones que con las quemaduras por luz.

7. QUEMADURAS POR FERTILIZANTES (PUNTAS SECAS)

Si las puntas de las hojas de tu marihuana se vuelven amarillas o marrones y se secan, podrías estar administrándole demasiados nutrientes. Las quemaduras por fertilizantes se pueden observar en los brotes nuevos y cercanos a la parte superior de la planta.

¿QUÉ HACER AL RESPECTO?

Reduce la cantidad de fertilizantes que proporcionas a tus plantas. Las plantas jóvenes y los plantones, en particular, pueden ser muy sensibles a los nutrientes. Comprueba la dosis recomendada para la edad de tu planta en la etiqueta de los productos que utilices. Muchas veces, los fabricantes de fertilizantes inflan la cantidad que debes dar a tus plantas.

Si crees que tus plantas sufren quemaduras por fertilizantes, lava el sustrato con agua pura y con un pH equilibrado antes de seguir fertilizándolas. Empieza con la mitad de la dosis recomendada y observa cómo responden. Recuerda: más fertilización no siempre se traduce en una hierba mejor.

8. DEFICIENCIA NUTRICIONAL Y PROBLEMAS DE PH

Una deficiencia nutricional significa que tus plantas no están recibiendo suficientes nutrientes, lo que dará lugar a problemas de crecimiento como sequedad y muerte de las hojas. El motivo de la mayoría de deficiencias nutricionales no es una falta de abono en general.

Muy a menudo, la verdadera razón es un nivel incorrecto de pH del agua de riego o solución fertilizante. El cannabis tiene un margen de pH muy pequeño en el que puede absorber nutrientes. Cualquier valor fuera de este intervalo podría resultar en un "bloqueo de nutrientes", un estado en el que las raíces son incapaces de absorber los nutrientes que están disponibles. Cuando esto ocurre, si sigues administrando fertilizantes sin corregir el pH, solo empeorarás las cosas.

¿QUÉ HACER AL RESPECTO?

Asegúrate de que el agua de riego o solución fertilizante tenga un nivel de pH adecuado. Si cultivas en tierra, este deberá ser de entre 6,0 y 7,0. Si cultivas en coco o con métodos hidropónicos, el nivel de pH ideal será un poco más ácido, alrededor de 5,5-6,5. Con la ayuda de un medidor o gotas indicadoras de pH, podrás medir el nivel de pH del agua o solución fertilizante. Ajusta el nivel del pH con los productos correctores que puedes adquirir en cualquier centro de jardinería.