La historia del hachís

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La historia del hachís

Hazte un buen porro de hachís, pon el vaporizador a calentar, quema una rica pipa de chara o un cristal gigante en un bong. Lo que prefieras. Te invitamos a unirte a este gran viaje a través de la historia del hachís, así que tráete tu material contigo. Es un recorrido que tienes que hacer bajo su influencia.

ORÍGENES ANCESTRALES Y QUIZÁS ALIENS

El hachís es la resina compactada que se extrae de las plantas femeninas de la marihuana y es el concentrado cannábico por excelencia. Los mitos, leyendas e historias ancestrales del cannabis están repletas de cuentos sobre emperadores chinos herboristas, dioses indios, jeroglíficos egipcios y otras historias fascinantes.

El problema de la historia antigua es que constantemente se realizan nuevos descubrimientos que anulan los viejos y dan lugar a las teorías más radicales. Es más, ¿quién sabe cuántas cosas se han dejado fuera de los libros de historia para amoldarse a la ideologías de los regímenes políticos de cada momento?

Nuestra historia del hachís es completamente única comparada con cualquier otra. Nosotros nos empeñamos en limitarnos a los hechos y resistimos la tentación de adelantarnos al History Channel con una teoría que afirme que el hachís fue un regalo de los alienígenas al ser humano en el pasado. Y si por casualidad resulta que en unos años se comprueba que así fue, entonces siempre nos quedará el consuelo de que aquí la publicamos antes.

Una cosa en la que todos podemos estar de acuerdo es que el hachís ha existido como mínimo desde hace mil años. Lo que la historia no puede confirmar con seguridad al menos se puede estimar gracias a la geografía.

Un rápido vistazo al globo terráqueo, fijándonos en las regiones famosas por su producción de hachís, es suficiente para confirmar que el epicentro se sitúa en Oriente Medio.

Es más que probable que las plantas del cannabis se originasen más al este, en alguna parte de China o su entorno. Pero nuestra apuesta en el caso del hachís es que la "cuna de la civilización" fue el lugar donde se inició su producción y comercialización.

CONTROL MENTAL Y MISIONES SEXUALES Y SUICIDAS CON HACHÍS

Si creías que el programa ilegal de control mental conocido como MK Ultra Project que la CIA desarrolló durante 20 años, de 1953 a 1973, fue el primero, estás muy equivocado. En tiempos tan remotos como 1090, un tipo llamado Al-Hassan se convirtió en el gran maestro de una peculiar secta islámica, los Nizaríes ismailíes.

Él fundó el núcleo duro del “fida’in”, que acabaría siendo su escuadrón personal de asesinos suicidas. Su atuendo era el de las fuerzas de élite del Oriente Medio del siglo XII. Afincado en una fortaleza en las montañas de Alamut, el gran maestro no disponía de un gran ejército. Tampoco sus sucesores.

Más bien tenían que confiar en tácticas de guerra asimétrica para repeler los poderes cristianos y musulmanes decididos a destruir su pequeña secta radical.

Los guerreros más jóvenes eran bienvenidos al grupo con un ritual donde fumaban hachís y tenían acceso a un precioso harén en un entorno que simulaba al idílico jardín del Edén. Los valientes jóvenes eran vírgenes, así que sin duda se trataba de un viaje al paraíso para ellos.

Pero sólo era un bocado del cielo tras años de entrenamiento preparatorio en espionaje, combate mano a mano en espacios cerrados y con armas blancas, especialmente con puñales.

Era el aprendizaje previo para sus misiones medievales, como por ejemplo infiltrar a un guerrero de la cruzada en la corte del rey y asesinarlo con el puñal tan pronto tuviese la oportunidad.

En ocasiones, esas misiones podían durar años, como asesinos disfrazados de sirviente fiel simplemente para estar cerca del objetivo para acabar con él o esperando la orden de un gran maestro que todavía no había decidido si el rey seguía siendo útil.

En cualquier caso, se trataba de misiones suicidas, ya que los asesinatos en público (a menudo específicamente ordenados por las instrucciones del gran maestro para generar más repercusión) eran siempre respondidos inmediatamente por la guardia del rey aniquilando al asesino.

El término despectivo Hashashin se utilizó para referirse a esta gente en aquellos tiempos. En 1256, acabaron siendo eliminados por los Mongoles, pero el trasfondo de la leyenda es verídico.

Los grandes maestros incorporaban el hachís en su interpretación del paraíso con el objetivo de evadirse, nunca con la intención de usarlo para cometer asesinatos políticos. Los asesinos no se colocaban para cargarse a estas personalidades. Eso sería poco profesional.

HACHÍS AFGANO NEGRO Y EXCLUSIVO CHOCOLATE MARROQUÍ

El hachís era sin duda una valiosa materia prima que circulaba habitualmente por la Ruta de la Seda. El cultivo de cannabis a nivel comercial y la especialización en la producción de hachís se desarrolló en Afganistán y Marruecos desde al menos el siglo XV.

Algunas variantes modernas del Kush como la Lemon Kush, Power Kush o Vanilla Ice deben como mínimo una parte de su herencia genética y su abundante capa de tricomas a las cepas Kush originales, autóctonas de las montañas entre las actuales fronteras de Afganistán y Pakistán.

El hachís afgano negro y moldeable de la vieja escuela todavía es un material muy codiciado entre los sibaritas del cannabis del siglo XXI. Los cogollos y hojas de Kush, repletos de resina, se muelen y tamizan con filtros antes de cocinarse repetidamente en agua y amasarse a mano, para luego ser compactados en bloques pegajosos.

Esta técnica es ancestral y aunque algunas máquinas creadas en Pakistán han sustituido buena parte del trabajo manual, el producto terminado moderno es muy similar al antiguo hachís afgano o "squidgy black".

El chocolate marroquí es un hachís de gran calidad, que también tiene al menos unos 500 años de antigüedad. Las plantas índica del norte de África son distintas a las Kush y, como todas las plantas de cannabis, se han adaptado al clima y al entorno con el paso de multitud de generaciones, por lo que el producto es ligeramente diferente en cada región.

El antiquísimo método de procesado de la resina, moliendo y tamizando el material vegetal y compactándolo sin usar calor, consigue un hachís con un tacto y aspecto marrón muy similar al del chocolate. Por supuesto, algunas variedades rojizas y doradas también fueron en su momento habituales en Marruecos.

Por desgracia, la influencia de las genéticas modernas ha hecho más complicado encontrarse con ese hachís con consistencia de chocolate. Además, las técnicas de producción también han variado con los tiempos, por lo que hoy en día es más normal encontrarse con una versión marrón del afgano negro.

Los agricultores marroquíes que plantan marihuana tienen que ganarse la vida, así que no podemos culparlos. El mercado demanda más cogollo y las plantas de hachís típicas de Marruecos tienen demasiadas hojas y no son tan rentables cuando se trata de llenar bolsas de cogollos.

CÁÑAMO INDIO, COMESTIBLES Y TINTURAS

El Doctor W.B. O’Shaughnessy era médico de la Reina de Inglaterra en el siglo XIX y quizás el primer profesional de la salud que investigó en profundidad y recomendó el consumo de cannabis terapéutico en Occidente.

El punto de partida para la mayoría de los experimentos del doctor en animales y humanos era, en sus propias palabras, "churrus nepalíes disueltos en bebidas alcohólicas". Obviamente, se estaba refiriendo a las charas, que es un hachís frotado a mano. La resina se raspa literalmente de las palmas de las manos, tras haber frotado la rica resina de las plantas de maría.

Las charas son una forma ancestral de hachís y es lógico pensar que algo similar a las bolas nepalíes fue el primer tipo de hachís jamás hecho por el hombre. Este gran doctor se tropezó con él e introdujo las charas en la sociedad occidental probablemente unos miles de años tarde. Pero mejor tarde que nunca.

La sabiduría popular de la cocina con cannabis en la India se remonta a Shiva, pero el batido de marihuana "bhang" todavía sobrevive al siglo XXI y es una prueba de que el subcontinente indio tiene una larga tradición en el uso del hachís para preparar deliciosas comidas y bebidas.

SIGLO XXI A MÁXIMA POTENCIA: SUPERCONCENTRADOS

BHO, ceras, cristales, honeycombs y muchos otros tipos de extractos con potencias estratosféricas han surgido en la escena del hachís en el siglo XXI. Hasta un cultivador casero puede convertir fácilmente sus restos de poda en un cristal de hachís de la mejor pureza con una máquina lavadora de hachís o unas bolsas filtrantes.

La aparición de útiles herramientas para la producción de hachís, desde extractores de polen manuales hasta prensas para resina, ha permitido un renacimiento del hachís. El fenómeno del dabbing también demuestra que la generación millennial adora el hachís tanto o más que los fumetas veteranos.