¿Hace el tabaco más adictiva la marihuana?

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¿Hace el tabaco más adictiva la marihuana?

Un estudio británico analizó los efectos adictivos de mezclar marihuana con tabaco, una práctica habitual sobre todo en Europa. Los autores del estudio también mencionaron la necesidad de realizar más investigaciones para motivar a los consumidores a pasarse a métodos de consumo alternativos.

¿Es adictiva la marihuana? La respuesta sigue abierta mientras muchos países están al borde de algún tipo de legalización. La solución, al menos de momento, todavía parece estar en quién hace la pregunta y cómo. En los Estados Unidos, el Instituto Nacional de Abuso de las Drogas continúa profundizando en el aspecto de la adicción. Ahora mismo, un estado tras otro siguen legalizando y mientras Canadá también se plantea legalizar el uso recreacional, esto es un tema muy debatido.

En Europa, la incógnita es más complicada que en ningún otro lugar. Recientemente, investigadores de la University College de Londres inclinaron la balanza hacia el lado negativo al sorprendernos con un nuevo descubrimiento. Su estudio, publicado este verano en Inglaterra, concluye que la marihuana mezclada con tabaco, que es un método de consumo particularmente popular en Europa, reduce la motivación para abandonar el consumo de ambos.

¿Mezclar peras con manzanas?

"No hay humo sin tabaco", fue publicado en la revista Frontiers in Psychiatry este verano, y admitía de antemano que el cannabis es menos adictivo que el tabaco. También descubrió que de los 33.687 consumidores encuestados en 18 países, aquellos que sólo consumían marihuana en lugar de mezclarla con tabaco, eran mucho más propensos a buscar ayuda profesional para dejarlo. Esto no es para nada sorprendente si consideramos que una razón fundamental para el consumo de nicotina o cannabis es calmar la ansiedad y/o dolores (y entre ambas, la marihuana es una droga mucho más efectiva).

Los investigadores también afirmaban que entre el 77,2 y el 90,9% de los consumidores de marihuana europeos echan tabaco en su porro, mientras que en otras partes del mundo era mucho más difícil encontrar este comportamiento. En Australia, sólo el 51,6% de los fumadores de marihuana la mezclan con tabaco. En Norteamérica, sólo un 16,6% de los canadienses y apenas un 4,4% de los estadounidenses combinan ambos. Este patrón de consumo es en parte cultural y en parte económico. En la mayoría de Europa, con la excepción de Holanda, además de que la marihuana es más cara, también ha habido más permisividad con el consumo de tabaco (aunque esto está cambiando). Por otra parte, el hachís, que también es mucho más habitual en Europa, se suele mezclar con tabaco.

Esta tendencia puede corregirse en Alemania, donde el próximo año se espera que el cannabis sea reclasificado como sustancia médica legal y cubierto por la seguridad social. Por eso la hipótesis de la "adicción" dentro de un contexto médico, por no hablar de "dejarlo", puede cambiar también de fondo y forma.

Los autores del estudio británico, de hecho, también sugieren específicamente que se deberían realizar investigaciones alternativas para motivar a los consumidores de marihuana a cambiar sus hábitos en lugar de dejarlo drásticamente (por ejemplo, vaporizar). Los académicos que dirigieron este proyecto, que también incluían investigadores del servicio público de salud británico, la Universidad de Queensland y el King's College de Londres (tradicionalmente contrario a la marihuana), también consideraron específicamente las consecuencias negativas potenciales para la salud según el método de ingestión. Sin embargo, en lo que parece un cambio radical en la forma en que los investigadores empiezan a comprender las razones para el consumo de cannabis, Michael Lynskey, profesor de Adicción en el King's College hablaba así del estudio: "Nuestros resultados subrayan la importancia de las vías de administración cuando se consideran los efectos del cannabis para la salud".

Las cifras

En lo que respecta a la existencia de respuestas reales, por no decir culpables, acerca de la cuestión de la adicción, los estudios disponibles (que por razones obvias son mucho más amplios para el tabaco que para la marihuana) son muy claros. La nicotina del tabaco es altamente "adictiva" por su impacto en las funciones del organismo. Estimula la actividad mental, el flujo sanguíneo y se cree que también reduce el dolor. De hecho, esta sustancia ha sido comparada con la heroína, siendo la nicotina la más adictiva. Comparada con los opioides, los medicamentos más habituales para tratar dolores crónicos, se ha demostrado que la marihuana no sólo es más efectiva, sino que lo que los consumidores también pueden abandonar los calmantes opiáceos tras haber pasado a un tratamiento con cannabinoides. De hecho, las cifras de los Estados Unidos muestran una drástica caída en las muertes por sobredosis de opiáceos (25%), en los estados donde el uso medicinal fue aprobado, en sólo un año.

En realidad, ciertos estudios imparciales que analizan la cuestión de la "adicción" al cannabis, gracias a la eterna misión de la lucha antidroga, los cannabinoides en general (y en concreto el THC) han demostrado ser mucho menos "adictivos" que la heroína o los opioides. A pesar de la distorsión generada por la forma en la que se dirigen estos estudios, investigadores financiados por el gobierno americano determinaron que sólo el 9% del total de consumidores de marihuana muestran síntomas típicos de adicción. Hasta ahora, ningún estudio de un organismo financiado oficialmente había considerado nunca la cuestión de la "adicción" separando a los consumidores que aparentemente usan el cannabis por razones "recreativas" más que "terapéuticas".

Los autores de este reciente proyecto de investigación británico incluso admiten que "muchos de los estudios que analizan el consumo de marihuana y tabaco no son capaces de separar la asociación del cannabis con los cigarrillos... y existe escasez de información para disociarlos".

El "demonio" menos malo

El tema de la "adicción" es espinoso. La urgencia de estudios serios sobre el cannabis como medicina aún sigue vigente. Hasta hoy, Israel lidera la investigación de los cannabinoides y los resultados son por el momento espectaculares (en una serie de enfermedades crónicas para las que ningún otro tratamiento había conseguido la misma efectividad). De hecho, el año pasado, científicos israelíes descubrieron que el consumo de marihuana podía reducir drásticamente la propagación del cáncer y contraer los tumores. La cuestión de la "adicción" a cualquier cannabinoide en este contexto, por no mencionar cuando se utiliza para aliviar dolores o para tratar los espasmos de trastornos de la motricidad, es cuanto menos ridícula. Doctores y científicos de todo el mundo, están llegando a la conclusión de que el cannabis, especialmente cuando se usa bajo supervisión médica, es la medicina más efectiva y menos adictiva del planeta.

En el futuro, cuando la marihuana sea aceptada como medicina, social y sanitariamente hablando, el objeto de los estudios podría no ser "¿Es adictiva la marihuana?" sino, "¿Cómo diablos estábamos tan ciegos para obviar los beneficios del consumo habitual, o incluso varias veces al día?".