Fertilizante casero ecológico: ¿cómo se hace?

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Fertilizante casero ecológico: ¿cómo se hace?

Con el auge del cultivo holístico y orgánico, es normal que muchos cultivadores de marihuana concienciados también decidan probarlo. ¿Por qué no comenzar preparando tu propio fertilizante? Es barato, respetuoso con el medio ambiente, ¡y produce unos cogollos naturales impresionantes! Aquí tienes algunos métodos para empezar.

CÓMO HACER TU PROPIO FERTILIZANTE ECOLÓGICO

Últimamente, cada vez más personas están entrando en el debate de “¿hasta qué punto es ecológico lo que nos venden como ecológico?” Los productores a gran escala siempre pueden encontrar vacíos legales con la ayuda de equipos jurídicos especializados. La única forma de estar seguro de que un producto es ecológico es preparándolo tú mismo.

LO ECOLÓGICO Y LO CASERO FRENTE A LO SINTÉTICO

Los fertilizantes siempre producirán los mismos resultados: a mayor ingesta de nutrientes (dentro de ciertos límites, ya que el exceso de nutrientes puede dañar a las plantas), mayor cosecha. Dicho esto, los diferentes fertilizantes ofrecer distintos resultados. Normalmente, los abonos comerciales, sintéticos o químicos se venden a precios asequibles, e incluso ofrecen una descomposición optimizada de NPK (que explicaremos en breve), por lo que supondrían una fuente de fertilización fiable.

Sin embargo, hacer un esfuerzo extra y preparar abono ecológico puede producir mejores resultados, y más sostenibles. Es un método barato, a veces incluso gratis, que no supone ningún peligro para ti, ni para el medio ambiente. El compostaje, por ejemplo, es una forma de usar deshechos para producir un abono ecológico natural, fuerte y rico en nutrientes, sin coste alguno.

Algunos cultivadores cambian la tierra con frecuencia, tirando la tierra usada y sustituyéndola saco a saco, maceta tras maceta. Con el compostaje se mantiene el ciclo natural, y el proceso es mucho más rentable económicamente. La tierra usada puede reutilizarse mezclándola con un poco de compost para reemplazar los nutrientes agotados tras el anterior cultivo.

El aspecto más importante del debate entre los fertilizantes sintéticos y ecológicos se hace evidente en el propio nombre. Los abonos sintéticos son productos destinados a la producción de monocultivos a base de productos petroquímicos; fertilizantes creados en laboratorios para maximizar el crecimiento, mediante unos estrictos niveles de NPK y un intervalo de pH equilibrado. Pero puedes obtener resultados similares desde casa. ¡O incluso mejores! Lo único que necesitas son los conocimientos adecuados, un poco de esfuerzo y tener buena mano con las plantas. Entonces, ¿por dónde se empieza?

NUTRIENTES: ¿QUÉ COMEN LAS PLANTAS?

En primer lugar, es necesario comprender los nutrientes NPK y dónde encontrarlos (si aún no lo sabes). NPK significa nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). En pocas palabras, son macronutrientes: lo que la planta digiere para crecer sana y robusta. Pero también son necesarios los micronutrientes; pequeñas dosis de metales y minerales, que son tan importantes como el NPK para el buen desarrollo de las plantas. Algunos ejemplos de micronutrientes son el magnesio, manganeso, cobalto, calcio, hierro, cobre, zinc, yodo, selenio y molibdeno. Además de todo esto, hay otros compuestos orgánicos, incluyendo ácidos y vitaminas de origen natural, que también deberían formar parte de la dieta de una planta. La producción sintética de estos nutrientes tiene como objetivo aumentar la vida útil de producto, facilitar el transporte, y fundamentalmente generar beneficios económicos para las empresas agroquímicas.

Así que, resumiendo, al entender las necesidades nutricionales de las plantas estás en el buen camino para elaborar un abono ecológico potente que optimice el crecimiento y la cosecha, usando métodos e ingredientes naturales, baratos o incluso gratuitos, y respetuosos con el medio ambiente. Aportar una dosis adecuada de estos ingredientes en el momento adecuado equivale a cosechas más grandes.

Fertilizante casero ecológico: ¿cómo se hace?

¿CÓMO SE HACE?

El compost es uno de mejores fertilizantes ecológicos, y es muy fácil de hacer. Si no estás familiarizado con el compostaje, es un proceso simple (aunque lleva algo de tiempo). La idea es ir acumulando los restos de la cocina o del jardín (hierba cortada, hojas, etc.) en un contenedor de compost, y dejar que se vayan descomponiendo durante unos meses para crear compost: un abono fuerte, barato y respetuoso con el medio ambiente. Tómate tu tiempo para aprender el proceso del compostaje, y cómo obtener los mejores resultados para tus plantas. Puedes añadir la mayoría de ingredientes, pero hay algunas cosas que no deberías incluir: ciertas malas hierbas invasivas, restos animales, heces o productos químicos.

Nota: con el compost, también puedes hacer té de compost. Solo tienes que añadir una parte de compost por dos partes de agua y dejar que la mezcla repose durante 3-4 días, removiendo de vez en cuando. Para airearlo adecuadamente también puedes usar una bomba de aire de pecera y piedras de aire. Tras este período, puedes filtrar la mezcla y usar el agua para abonar tus plantas, ya que debería haberse combinado con el compost creando un líquido fertilizante para tus plantas.

OTRAS OPCIONES PARA HACER FERTILIZANTE ECOLÓGICO

• Dejar algas en remojo durante 2-3 semanas y usar el líquido resultante como abono supone una buena fuente de nutrientes para las plantas. Este es otro método rentable económicamente, pero lleva su tiempo.

• Las pieles de plátano contienen mucho potasio, así que añadirlas al compost supone una buena fuente de potasio, uno de los macronutrientes NPK.

• Añadir cáscaras de huevo trituradas al compost aporta una buena cantidad de calcio.

• Estiércol. El estiércol es un término amplio, ya que los diferentes excrementos de animales contienen diversos nutrientes. Por ejemplo, el estiércol de conejo es ideal para usar como abono, mientras que el de gallina es muy fuerte en NPK y debe diluirse. Si decides optar por esta opción, infórmate bien primero, ya que conlleva ciertos riesgos moderados.

• Orina. Aunque pueda ser algo desagradable, la orina diluida (es importante diluirla, ya que si no puede dañar/matar las plantas) es una fuente excelente de nitrógeno. Siempre y cuando tengas buena salud, puedes usar tu orina, diluyendo una parte de orina en 8 partes de agua. No es el método más glamuroso, pero es una buena fuente de nutrientes.

• Ortigas. Para preparar un purín de ortigas, déjalas en remojo unas 2 semanas, removiendo a menudo, y filtrando el líquido resultante para usar como abono. Al ser muy rico en nitrógeno, es mejor aplicarlo durante la fase vegetativa del cannabis.

¡A CULTIVAR!

En general, tienes que descubrir qué es lo que funciona mejor para ti. Algunos métodos, especialmente si no tienes jardín, pueden ser más difíciles de conseguir, pero no imposibles. ¡Simplemente requieren un poco de esfuerzo y dedicación! Si realmente quieres apostar por lo ecológico, deja que broten tus dedos verdes ¡y olvídate de los abonos químicos! Solo tienes que ponerte a cultivar. Cuánto más respetuoso con la naturaleza, mejor.