Cómo prevenir que tus plantas de interior crezcan demasiado

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Cómo prevenir que tus plantas de interior crezcan demasiado

Las plantas grandes son ideales, pero las que se descontrolan y crecen demasiado pueden ser problemáticas. Aquí tienes algunos consejos para guiarte a la hora de controlar el tamaño de las plantas.

En los cultivos interiores de marihuana, controlar el tamaño de las plantas es un factor importante. Las plantas que crecen demasiado grandes son más difíciles de manejar y menos discretas. Y si no se dominan y controlan, esto podría afectar a su salud y su producción. Pero, un momento, ¿no son mejores las plantas grandes? ¿No equivalen a más cogollos y, por tanto, suponen un mayor botín llegado el momento de la cosecha?

No, esto no es necesariamente verdadero. Es cierto que las plantas grandes suelen ser una buena noticia, pero las que crecen más allá de la capacidad del ambiente de cultivo, o en contra de los objetivos del cultivador, no suponen ninguna ventaja. Por ejemplo, algunos cultivadores priorizan la discreción y la privacidad, y por consiguiente prefieren usar métodos para que sus plantas permanezcan pequeñas, compactas y sigilosas.

Puede que otros cultivadores tengan un espacio limitado, y tengan que evitar que las plantas crezcan más grandes que un tamaño concreto. Por ejemplo, si las plantas se estiran mucho en un espacio pequeño, podrían acercarse demasiado a las luces de cultivo, corriendo el riesgo de que las hojas se quemen o blanqueen.

Otro motivo por el que es importante que las plantas de interior no crezcan más allá de una estatura manejable es el hecho de que pueden volverse más frágiles, y su peso podría superar la capacidad de su propia estructura de soporte.

Normalmente, las plantas de exterior pueden tolerar alturas elevadas, ya que están acostumbradas a tambalearse con el viento y sus tallos se adaptan a este reto. Pero las plantas de interior no tienen este factor externo de estrés al cual adaptarse, así que una altura muy elevada puede suponer un riesgo de colapso.

Si eres un cultivador de interior y te preocupa la posibilidad de que tus plantas se desmadren y sobrepasen una altura determinada, echa un vistazo a los siguientes consejos y úsalos en tu cultivo para poder manejar tus plantas de forma óptima.

EMPIEZA SELECCIONANDO LA VARIEDAD ADECUADA

Para minimizar la altura de una planta, hay varios factores ambientales que pueden controlarse, pero es mejor empezar por la genética. Algunas variedades crecen a un menor tamaño, gracias a su composición genética.

Las cepas sativas son conocidas por sus alturas elevadas, hojas alargadas y sus tallos flacuchos. En cambio, las variedades índica suelen ser más pequeñas, densas y compactas. Además, las cepas índica autoflorecientes contienen genes de ruderalis, y suelen crecer a una estatura incluso menor.

MANTÉN LAS LUCES A UNA DISTANCIA RAZONABLE

Tendrás que encontrar el punto más favorable de tu sistema de luces. Es importante no mantener las plantas demasiado cerca de las luces, ya que esto puede aumentar el riesgo de sufrir quemaduras en las hojas, lo cual podría afectar la salud general de tus plantas. Pero, dicho esto, si las plantas están demasiado lejos de las luces, podrían buscar la luz, estirándose verticalmente como medida de supervivencia. Esto supone un problema para quienes quieran mantener un tamaño más reducido del cultivo. En este caso, podría ser preferible colocar las luces más cerca, y echar un vistazo regularmente por si aparecen posibles quemaduras.

Cómo prevenir que tus plantas de interior crezcan demasiado

ACTÚA DURANTE LA FASE VEGETATIVA

Si durante la fase vegetativa, observas que tus plantas realizan grandes estiramientos verticales, es el momento de pasar a la acción. Durante esta fase del ciclo de cultivo, y a pesar de que pueda parecer contraproductivo, puedes cortar una parte de la planta para evitar que crezca excesivamente durante la fase de floración. Asegurándote de dejar suficientes hojas para que la planta pueda sobrevivir, poda la planta a más o menos la mitad del tamaño que desearías que alcanzara al final del cultivo.

Cuando hayas finalizado la poda, y teniendo en cuenta que tus plantas no son autoflorecientes, cambia el ciclo de luces a un ciclo 12-12 (12 horas encendidas y 12 horas apagadas). Este equilibrio entre luz y oscuridad forzará a las plantas a entrar en la fase de floración. Esto es ideal, ya que es poco probable que la planta se estire mucho más durante esta fase, así que activar la fase de floración lo antes posible reducirá el tamaño potencial.

ENTRENAMIENTO DE BAJO ESTRÉS

Aplicar el entrenamiento de bajo estrés (LST) o doblar las plantas es una gran forma de controlar su altura; y también contribuye a que todas las partes de la planta reciban la misma cantidad de luz. Las ramas y la cola principal de una planta pueden doblarse hacia fuera usando cuerdas o estructuras, de manera que la parte superior de la planta queda aplanada. Este procedimiento es bastante delicado, y es mejor hacerlo durante la fase vegetativa cuando las ramas son más flexibles.

CONTROLA LA TEMPERATURA

La temperatura puede afectar el crecimiento vertical de algunas plantas. Al controlar la temperatura y usar un temporizador para asegurar que la temperatura diurna sea más baja que la nocturna, los cultivadores pueden mantener sus plantas a un tamaño más reducido. Algunas plantas responden a este patrón con un crecimiento más bajito y compacto.

CIRCULACIÓN DE AIRE

Se pueden usar ventiladores para imitar el viento presente en las condiciones naturales de exterior. Las plantas responden a este factor de estrés externo incrementando el grosor y la firmeza del tallo para poder resistir el viento, y el crecimiento vertical podría reducirse.