Australia legaliza el cultivo de marihuana terapéutica

El domingo 30 de octubre de 2016, la marihuana terapéutica se convertía en legal en este país. El apoyo bipartito a la legalización de la marihuana en el parlamento desencadenó en la Ley de Enmienda de las Drogas y Narcóticos 2016.

Recibimos con los brazos abiertos cualquier noticia de legalización, ya sea con fines terapéuticos o recreativos. Aunque muchos consumidores de marihuana terapéutica de Australia puedan haberse llevado una gran alegría en un primer momento, el problema está en los detalles.

Es necesario indagar un poco más en profundidad para tener una perspectiva más clara acerca de cómo funcionará el modelo australiano de cannabis terapéutico. Hemos examinado la legislación y los actores principales en este proceso y hemos encontrado razones para la cautela.

¿QUÉ PERMITE LA LEGISLACIÓN? ¿Y QUIÉN CONTROLA EL SECTOR?

**La Ley de Enmienda de las Drogas y Narcóticos 2016 declara que "un sistema de permisos y licencias regula el cultivo de plantas de cannabis y la producción de cannabis y resinas de cannabis".

**La Ley https://www.legislation.gov.au/Details/C2016A00012

Bajo este modelo, el cultivo, producción y actividades relacionadas se permitirán con fines medicinales o de la investigación relacionada con la marihuana medicinal.

La reclasificación de la marihuana como medicamento en lugar de como narcótico peligroso es responsabilidad de la Administración de Artículos Terapéuticos. Según su página web, cumplen una función similar a las agencias de alimentos y drogas de otros países.

**"La Administración de Artículos Terapéuticos (TGA) es la autoridad reguladora de Australia para bienes terapéuticos. Llevamos a cabo una serie de estudios y controlamos ciertas actividades para garantizar que los productos terapéuticos disponibles en Australia tienen una calidad aceptable, con el objetivo de asegurar que la comunidad australiana tenga acceso, en un plazo razonable, a los avances terapéuticos"

** La Administración de Artículos Terapéuticos https://www.tga.gov.au/about-tga

Además, el Ministerio de Sanidad tendrá control absoluto sobre la regulación del sector legal de la marihuana medicinal a través de su Oficina de Control de Drogas (ODC). Por tanto, esto convierte a la ministra de Sanidad Sussan Ley en el actor principal del sector australiano del cannabis terapéutico.

¿CÓMO FUNCIONARÁ SOBRE EL TERRENO?

Por desgracia, el acceso a los tratamientos varía de estado a estado. Por ejemplo, para pacientes que sufren enfermedades como la esclerosis múltiple, SIDA, cáncer y otras patologías graves o terminales, estados como Queensland y Nueva Gales del Sur pueden atender a diversos grupos de pacientes adultos.

Hasta la fecha, no se ha cultivado marihuana medicinal en Australia. El suministro de marihuana terapéutica estará restringido a las farmacias y mediante receta, así que la mayoría de pacientes probablemente no puedan adquirirla legalmente hasta principios de 2017.

En una gran región del país, entre Australia Meridional y el Territorio del Norte, no se disponen de datos. Por lo tanto, parece que el modelo actual contradice los principios y los objetivos fundamentales del TGA.

Es especialmente preocupante la ausencia de regulación respecto al cultivo personal de marihuana medicinal por parte de los propios pacientes. De forma similar, el acceso al cannabis medicinal para menores podría quedar limitado por la falta de disposiciones específicas. En el momento de escribir este artículo, el cultivo casero todavía no es una opción legal para los consumidores de marihuana terapéutica.

ALTA SEGURIDAD Y GRANDES BARRERAS DE ENTRADA

Si crees que el gobierno australiano ha abierto las puertas de un sector de la marihuana medicinal integrador, estarías confundido.

De hecho, la ODC acaba de publicar una guía de 23 páginas en la que queda claro que cualquier cultivador debería pensárselo muy bien antes de plantar su propia hierba.

Puedes echarle un vistazo al **texto completo, pero simplemente con leer algunos párrafos bastaría para darse cuenta de que ha sido diseñado pensando en los intereses corporativos, en lugar del beneficio para los pacientes.

**texto completo https://www.odc.gov.au/sites/default/files/guideline-security-medicinal-cannabis.pdf

Invertir en unas instalaciones específicamente construidas para este fin y con grandes medidas de seguridad, queda lejos del alcance de cualquier posible emprendedor que se plantease cultivar marihuana terapéutica.

Además, según las últimas previsiones de la ODC, las tasas y costes de solicitar los permisos necesarios son los siguientes: AU$ 5.290 por una solicitud de cultivo/producción, AU$ 1.830 por un permiso de cultivo/producción y para rematar, el coste de la inspección tras la solicitud es de AU$ 7.050.

Por otra parte, a ojos de la ley, cosechar tus plantas sería técnicamente un proceso de producción, así que necesitarías pagar por ambos. Pero no te preocupes, tu departamento financiero y tu equipo legal se encargarán de sortear estos pequeños problemas burocráticos.

Estas enormes barreras de entrada impedirán que los consumidores de marihuana terapéutica puedan ser autosuficientes y les obligará a depender de un monopolio.

La competencia es buena para el mercado, independientemente del tipo de producto o servicio. Cuando se crea un monopolio, siempre será el cliente el que sufra sus elevados precios y su escasa variedad de oferta.

Este tipo de regulación rigurosa otorga una ventaja competitiva a los peces gordos del sector, como las grandes compañías farmacéuticas, que sin duda sacarán tajada del mercado australiano del cannabis medicinal.

Los cultivadores de hierba al aire libre nunca podrán cumplir con las normativas establecidas y la marihuana de exterior australiana probablemente sea el producto más buscado en el mercado negro en 2017.

MODELOS ALTERNATIVOS

En su formato actual, la Ley de Enmienda de las Drogas 2016 no supone más que la creación de un gran mercado para las grandes empresas, que con la cooperación del gobierno, tomarán el control legal del sector del cannabis medicinal.

Páginas y páginas de normativas estipulan todo tipo de requisitos de seguridad, pero no se dedica ni un sólo párrafo a concretar cifras de plantas o las variedades que está permitido cultivar.

Una regulación tan excesiva, hasta el punto de imposibilitar el cultivo exterior, es una política completamente ilógica en cualquier parte, pero especialmente en Australia. Quizás estemos siendo demasiado escépticos, pero todo este modelo parece haber sido pensado intencionadamente para favorecer los intereses comerciales de las grandes corporaciones, o quizás ni siquiera haya sido creado por el Ministerio de Sanidad.

Dejando a un lado el genocidio filipino, el movimiento a favor de la legalización ha ido ganando bastante fuerza en el hemisferio sur.

La marihuana medicinal es ya socialmente aceptable y legal en buena parte de Sudamérica. Han ido surgiendo clubs cannábicos en Chile y en Colombia, algo que no hace mucho tiempo sería impensable.

Los modelos de marihuana medicinal de Sudamérica no son perfectos, pero sin duda piensan más en el consumidor final que el modelo australiano.

Guste o no, la marihuana es la nueva materia prima del siglo XXI y el comercio internacional de cannabis está a la vuelta de la esquina. Recomendaríamos un enfoque más centrado en el paciente para Australia y, si el gobierno quisiese aumentar su recaudación de impuestos, siempre podrían legalizar el consumo recreativo.